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Este interesante artículo, publicado por la revista Veintitrés y enviado a este sitio por Emilia Sapia Bethencourt (ex alumna PIPR 1 2006), permite pensar cómo fue el surgimiento de la radio en Argentina y las repercusiones sociales que trajo aparejada, permitiéndonos también plantearnos cuántos de los cambios tecnológicos y mediáticos que estamos viviendo pueden derivar en cualquier cosa, menos en lo que todos damos por supuesto.

Revista Veintitrés
N° 446, jueves 18 de enero de 2007, Sección Materia Gris, páginas 6 y 7
Andrea Matallana (Dra. en Historia, autora del libro ‘Locos por la Radio’)

ImageA mediados de la década del ´40 Radiolandia, la revista más popular dedicada a la radiofonía, recordaba una anécdota que tenía como centro las palabras de la famosa cancionista Libertad Lamarque. Por esos años, la estrella había descreído del impacto que la radiofonía podía tener en la difusión de los artistas: “El disco es otra cosa, pero el micrófono mañana pasa de moda  y ‘chaucito’ ”, había dicho, El disco iba a permanecer mientras que la radio desaparecería del éter.

Desde siempre, los nuevos medios de comunicación tuvieron sus más fervientes fanáticos y sus más ácidos detractores. 

En el caso de la radio, la década del ´30 está plagada de jugosas anécdotas que nos muestran a personajes fundantes, entre ellos Yankelevich, Julio Korn, Max Glusckman, Benjamín Gache, Antonio Devoto o Emilio Karsturovic, admiradores de las ventajas que el nuevo medio proveía. 

Pero mientras esas voces optimistas se apropiaban del nuevo espacio mediático, otros  – más conservadores- descreían de las bondades del nuevo medio. Aquellas ventajas que la radio poseía (comunicar a lo largo y ancho del país, difundir realidades extraordinarias y ajenas, instalarse en el centro de la vida hogareña) eran las mismas por las cuales había que temerle.  

La difusión de la radio fue interpretada como la muerte de los otros medios. El diario Crítica creía que la prensa escrita iba a desaparecer, otros vieron en las flamantes “fonoplateas”  (los auditorios) de los años ´30, la muerte del teatro; y otros, más moralistas, un nuevo monstruo que difundía escandalosas escenas de amor a través del aire. 

Ni el cine, ni el teatro, ni la prensa escrita desaparecieron, muy por el contrario un pequeño mundo multimedios se estableció alrededor de la radiofonía. La radio constituyó un espacio a partir del cual las noticias, actores y actrices, espectáculos y diversos servicios culturales y públicos pasaban de un medio a otro consolidando un circuito comercial perfectamente emplazado. 

En medio del apogeo radiofónico; en los años ´40, se discutía cuál era la misión de la radiofonía. ¿Era un instrumento educativo, un medio cultural, un servicio público (y por lo tanto vigilado por el Estado) o un vehículo de entretenimiento? 

Diferentes experiencias se llevaron a cabo, desde la transmisión de programas educativos, como Radio-escuela a finales de los años ´30, pasando por la especialización de los informativos y hasta la transmisión de espectáculos deportivos y eventos culturales de diversa índole. 

En cualquiera de sus formatos de programas, a mediados del último siglo la radio se había extendido de una forma tan estrepitosa que maravillaba a productores, directores y publicistas: cada vivienda de la Argentina poseía al menos un aparato de radio, o mejor aún, existía un aparato receptor cada diez personas, más allá del lugar geográfico en el que se habitara. 

En el centro del hogar, en cualquier ciudad de la Argentina durante los años del peronismo, la radio transmitía noticias nacionales, locales, internacionales, anuncios de publicidad, números cómicos, música o diversos géneros radioteatrales. 

En la década del ´50 se creyó asistir a la muerte de la radio debido al surgimiento de la televisión, sin embargo el espacio consolidado por la radiofonía no desapareció sino que continuó conservando su lugar primordial. 

Sin lugar a dudas que, desde el nacimiento de la radiofonía en el sentido popular –allá por los lejanos años ´20-, los formatos de programación, producción y consumo cambiaron. En la década del ´70 el nacimiento de la FM  no solo creó un nuevo tipo de escucha. La radiofonía se volvió más personal, más subjetiva, y los oyentes comenzaron a tener una mayor participación en los programas (en las elecciones musicales, en los comentarios y en las críticas). 

Aún hoy la radiofonía sigue siendo un vehículo central en la vida de miles de personas. En los pueblos, en las pequeñas ciudades, la llegada de las ondas, tanto AM como FM, implican una conexión central con una realidad más amplia. Allí donde apenas si ha llegado la televisión, la radio es un medio más consolidado: informa, entretiene, cultiva y comunica. Como en sus primeros años, cuando conectaba a la periferia con el centro, y llevaba la periferia al centro a través de las magníficas descripciones del turismo carretera o de las noticias locales. 

Las nuevas tecnologías (Internet, en este caso) no la han desplazado sino que, por el contrario, la han sumado a sus elementos de difusión. Las “lejanas dimensiones” a las que se referían los pioneros de la radiofonía en Argentina remiten hoy a los argentinos que viven en otros continentes y que se conectan diariamente a ese espacio de identidad que es el lenguaje común. 

Escuchar radio, mas allá de la forma y el lugar donde se escucha -en la casa, en la oficina, en el subte, en el colectivo, en el auto, etcétera- sigue siendo una práctica cotidiana de muchos. No se trata de un grupo de adultos nostálgicos sino de un espacio común que se diferencia no tanto en su público, sino en su modelo de llegada. “Solo música y pocas palabras”, “informar primero”, “solo rock”, “el regreso a casa” y tantas otras consignas diversas, proveen una base de lo que el oyente busca: información política, crítica, diálogos, el estado del tránsito, humor o música, entre muchas otras opciones. 

Suele sostenerse que durante sus años de esplendor, la radio creó una idea de “nación”, es decir: a partir de una programación y un público heterogéneo construyó una identidad nacional. Los formatos radiofónicos han variado, las formas de “hacer radio” también, y el público ha cambiado en esa relación; pero si se entienden estas complejidades es posible seguir viendo en este medio un soporte de identidades sociales constitutivas de la Argentina del presente.


RADIOTEATROS ISEC

Producción integral a cargo de estudiantes de Diego Zambelli en la materia Práctica Integral de Producción de Radio 1, carrera de Producción y Dirección para Radio y Televisión, ISEC.

LA MAÑANA DEL CAINA

Trabajos realizados por niñas, niños y adolescentes en situación de calle que participan en el taller de radio de Amplitud que se realiza en el Centro de Atención Integral para la Niñez y la Adolescencia (CAINA) desde hace 7 años.

NADA SIN NOSOTROS

Programa semanal de radio con imagen realizado por los concurrentes y el equipo profesional del Centro de Día de Senderos del Sembrador, a partir del Taller de Radio que coordinamos desde hace más de 4 años. Declarado de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Vicente López. Conducción: Karina Guerschberg y Diego Zambelli.  Jueves de 14 a 15.30 hs. por Demos radio visual